¿QUé SON LOS HOTELES PARA POLINIZADORES Y CóMO PUEDE HACER UNO?

Un hotel para polinizadores apoya la polinización de plantas y flores, y contribuye a la conservación de estas especies que son esenciales para los ecosistemas.

Cuando cultivamos plantas, es esencial reconocer que estamos participando en un ecosistema complejo, ya que estamos tratando con seres vivos. Este sistema integra componentes abióticos (como el suelo, agua, nutrientes y fertilizantes) y bióticos (plantas, animales y microorganismos, incluyendo bacterias y hongos). En la mayoría de los casos, las interacciones entre estos elementos son beneficiosas para las plantas, y algunas son incluso imprescindibles para su óptimo desarrollo.

Por ello, muchas personas construyen en sus huertas o cultivos estructuras conocidas como “hoteles para polinizadores” o “hoteles de insectos”, construcciones diseñadas para proporcionar refugio y hábitat a diversos insectos beneficiosos que actúan como biocontroladores naturales, depredando especies que podrían dañar nuestros cultivos, y ayudando en la polinización.

Los polinizadores animales, conocidos como zoopolinizadores, juegan un papel esencial en el mantenimiento de la alta diversidad genética de los ecosistemas. Aproximadamente el 87.5% de las plantas silvestres angiospermas (es decir que tienen flores) dependen, al menos parcialmente, de la zoopolinización para su reproducción sexual y el adecuado intercambio genético.

¿Qué es un hotel para polinizadores?

“Un hotel para polinizadores es una estructura diseñada para proporcionar refugio y sitios de anidación a diversas especies de insectos polinizadores, como abejas solitarias, avispas y otros insectos beneficiosos. Su propósito principal es apoyar la biodiversidad local, facilitar la polinización de plantas y flores en el área, y contribuir a la conservación de estas especies esenciales para los ecosistemas”, explica José Soto, biólogo e investigador del Jardín Botánico de Medellín.

Soto es el encargado de la colección de insectos del jardín, incluyendo el funcionamiento del mariposario y las colecciones de abejas meliponas. “Actualmente, tenemos una colección que representa 7 géneros distintos de abejas, aunque aún estamos en proceso de identificación completa”, señala.

Como responsable de la divulgación sobre artrópodos e interacciones en el jardín, se encarga de realizar investigaciones enfocadas en estos animales que incluyen insectos, arácnidos, miriápodos (ciempiés y milpiés), arañas, mariposas y chinches. “Nuestro trabajo no solo se centra en la conservación y estudio de estas especies, sino también en educar al público sobre su importancia en los ecosistemas. Los hoteles para polinizadores son una excelente herramienta para este propósito, ya que permiten observar de cerca la vida de estos insectos y comprender su papel crucial en la naturaleza, por ejemplo, nosotros actualmente tenemos 220 hoteles de insectos”, señala.

Añade que los principales beneficiarios de los hoteles para polinizadores son las abejas solitarias, como las abejas cortadoras de hojas y las abejas albañiles. También se benefician las avispas solitarias, algunas especies de mariposas, mariquitas y otros insectos benéficos.

“Las mariposas son, por decirlo así, el segundo grupo más importante de polinizadores luego de las abejas, es por ello que es bonito atraerlas. Sin embargo es genial ver a diferentes polinizadores, porque cada proceso varía significativamente entre cada uno. Por ejemplo, cada polinizador tiene un método único para transferir el polen. Las mariposas lo hacen con sus patas y espiritrompa al moverse entre flores. Las abejas recolectan tanto polen como néctar, utilizando cavidades en sus patas para almacenar polen y transfiriéndolo con su abdomen al alimentarse. Los colibríes, con sus picos largos, polinizan flores tubulares inaccesibles para otros animales”, explica Soto.

De hecho, aclara que casi todas las especies de insectos pueden polinizar de una u otra manera. Por ejemplo, muchas personas no pensarían que una mosca poliniza, pero, de hecho, hay una familia de moscas llamadas sírfidos que son polinizadores eficientes. Estas moscas tienen una morfología muy similar a las avispas o abejas, lo que les sirve como mecanismo de protección contra depredadores. Generalmente se les conoce como “moscas de las flores”.

¿Cómo tener un hotel en casa?

“En cuanto a los materiales recomendados para construir estos hoteles, es crucial utilizar maderas sin tratar, es decir, que no hayan sido sometidas a ningún tipo de tratamiento con plaguicidas. Muchas veces, las maderas utilizadas en la elaboración de puertas y muebles son tratadas para prevenir el ataque de termitas y otros insectos. Sin embargo, para un hotel de polinizadores, lo ideal es que la madera esté en su estado natural”, señala Soto.

Esto también lo menciona Miguel Antonio Zúñiga, biólogo enfocado principalmente en invertebrados, como insectos o arácnidos y colaborador del Vivero Jardines de Julia, pues aclara que para la construcción de un hotel, se recomiendan principalmente materiales naturales, como fibras, troncos huecos y maderas de diversos tamaños que puedan apilarse. Estos materiales atraen naturalmente a diferentes especies. Por otro lado, la ubicación ideal para un hotel de polinizadores es bajo la copa de un árbol, donde esté protegido tanto del sol directo como de la lluvia excesiva, ya que los insectos son sensibles a cambios bruscos de temperatura y humedad.

Otros materiales que puede usar son las cañas de bambú, troncos perforados, ladrillos huecos y bloques de arcilla. Estos materiales proporcionan diferentes tamaños de agujeros y cavidades que se adaptan a las diversas especies de polinizadores.

Procedimiento:

Soto menciona que lo primero que debe tener en cuenta es que cada diseño de hotel es diferente, pues deben considerar las necesidades específicas de anidación y refugio de las especies objetivo, ya que por ejemplo, si se instalan cavidades que no son suficientemente grandes para las abejas, puede resultar en que no se atraiga ningún insecto.

Espacio: “La altura recomendada para instalar el hotel es entre 1 y 2 metros. Es beneficioso que esté cerca de plantas con flores, permitiendo a los polinizadores acceder fácilmente a recursos alimenticios. Esto facilita lo que se conoce como “pecoreo”, donde los insectos salen a libar el néctar, ayudando en la polinización y alimentándose al mismo tiempo”, dice Soto.

  • Si colocamos un hotel para abejas en un espacio sin flores cercanas, es probable que las abejas se desplacen a otro lugar y no regresen debido a la falta de alimento accesible. Por lo tanto, es ideal ubicar estos hoteles cerca de jardines bien florecidos o áreas con plantas de alta producción de néctar, como arbustos y otras especies que proporcionan alimento abundante para los polinizadores.
  • Tenga cuidado con la humedad, ya que esta puede favorecer el crecimiento de hongos o el deterioro de los materiales del hotel, haciendo que sea menos atractivo o incluso peligroso para los insectos.
  • Soto menciona que un punto adicional importante es que estos hoteles para abejas deben estar, en la medida de lo posible, aislados o retirados de espacios con mucho ruido, ya que áreas con alto tránsito de personas o vehículos no son ideales, ya que el ruido puede generar mucho estrés a las abejas y a los polinizadores en general.

Construcción de la estructura:

  • Corte las tablas de madera según las dimensiones deseadas para el armazón del hotel. La forma puede ser cuadrada, rectangular o de cualquier otra configuración que prefiera.
  • Una las tablas de madera utilizando clavos o tornillos para crear la estructura básica.

Instalación del techo:

  • Fije el techo en forma de “A” a la parte superior de la estructura, asegurándose de que quede bien sujeto y proporcione protección contra la lluvia.

Compartimentación del interior:

  • Divida el interior del hotel en varias secciones de diferentes tamaños utilizando tablas de madera o listones. Una mayor variedad de espacios atraerá a una mayor diversidad de especies de insectos.

Relleno de las secciones: Utilice los diferentes materiales de relleno para crear hábitats variados dentro de cada sección. Algunas recomendaciones son:

  • Troncos de madera: Cortarlos en diferentes longitudes y perforarlos con un taladro para crear agujeros de diversos diámetros. Estos agujeros proporcionarán refugio a las abejas solitarias y otros insectos que anidan en la madera.
  • Bambú: Cortarlos en trozos y agruparlos, creando espacios huecos que sirvan de refugio para diversas especies.
  • Alterne: Es importante alternar o combinar materiales, pero también se recomienda crear algunas secciones con un solo tipo de material para atraer a insectos específicos.

Protección:

  • Cubra la parte frontal del hotel con malla de gallinero, asegurándola bien a la estructura. La malla permitirá que los insectos entren y salgan fácilmente mientras los mantiene protegidos de depredadores más grandes como las aves.
  • “Otro aspecto importante a considerar es la protección contra las hormigas, que están presentes en casi todos los jardines. Cuando instalamos estos hoteles o casitas para polinizadores, aplicamos una capa de vaselina alrededor de la base. Esto crea una barrera que impide el ingreso de las hormigas, protegiendo así a los habitantes del hotel”, señala Soto.

Mantenimiento:

  • Limpieza de compartimientos: Se debe realizar mínimo una vez al mes para prevenir enfermedades y parásitos. Ya que si no se hace puede haber una proliferación de hongos, invasiones de cucarachas y hormigas, y otros insectos dañinos que pueden acabar con la colonia.
  • Sustitución de materiales dañados: Los materiales deteriorados pueden propiciar la aparición de hongos u otras enfermedades. Es importante reemplazarlos para mantener un ambiente saludable.
  • Mantenimiento de cavidades: Asegúrese de que las cavidades estén despejadas y listas para la siguiente generación de polinizadores.
  • Limpieza: Hágalo solo con agua, y si esta muy sucio con un poquito de alcohol. No añada nada de químicos.

“En cuanto a la selección de plantas para acompañar un hotel de polinizadores, lo ideal es priorizar la mayor cantidad posible de especies nativas. Esto incluye plantas de flores pequeñas, hierbas silvestres y vegetación que crece naturalmente en los campos y jardines locales. En lugar de optar por plantas de jardín ornamentales, es preferible cuidar y fomentar estas especies autóctonas, ya que son la fuente de alimento principal para las abejas solitarias”, dice Zúñiga.

De hecho comenta que este es uno de los errores más comunes al establecer un ambiente para un hotel de polinizadores: el utilizar plantas de jardín no nativas. Muchas de las abejas que habitan estos hoteles son especies nativas que no están adaptadas para polinizar o no se sienten atraídas por plantas florales exóticas o de otras regiones del mundo, pues han evolucionado junto con la flora local y, por lo tanto, dependen de ella para su supervivencia.

Soto menciona que es fundamental realizar una investigación sobre las plantas nativas de la región antes de establecer un jardín para polinizadores. En Colombia, por ejemplo, existen muchos recursos y libros sobre plantas nativas con flores que atraen polinizadores o puede consultar con expertos en botánica de la región. Esto asegurará que las plantas seleccionadas sean no solo atractivas para los polinizadores, sino también adecuadas para el ecosistema local.

El experto finaliza extendiendo a todos un invitación para que vivan la magia del Jardín Botánico de Medellín, pero también a que siembren más plantas, no solo para embellecer los espacios, sino también para mantener a los polinizadores. “Es fundamental que la gente comprenda la importancia de los polinizadores. Muchos piensan que una mariposa o una abeja no tienen relevancia, pero al profundizar, se dan cuenta de lo vitales que son estos grupos de animales. No solo intervienen en la polinización; por ejemplo, las aves también participan en la dispersión de semillas, otro proceso crucial para el ecosistema”.

Agrega que las últimas investigaciones han demostrado una disminución significativa en las poblaciones de polinizadores. Las causas principales incluyen el uso de pesticidas y químicos, la expansión urbana que reduce las áreas verdes, y el cambio climático. Este último ha generado una pérdida de sincronía entre los períodos de floración de las plantas y los ciclos reproductivos de los insectos, lo que resulta en que muchos no encuentren alimento cuando lo necesitan. Para contrarrestar estos efectos, es crucial sembrar más plantas, especialmente en las ciudades donde la contaminación es mayor. “En nuestro centro, ofrecemos talleres y asesorías para la creación de huertos, buscando educar y empoderar a la comunidad en estas prácticas”, puntualiza.

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