4 CIUDADES ESPAñOLAS BONITAS, BARATAS Y POCO MASIFICADAS PERFECTAS PARA PLANIFICAR UNA ESCAPADA EN LO QUE QUEDA DE VERANO 2024

¿No te ha pasado que muchas veces llegas de las vacaciones más cansada de lo que te has ido? Puede ser porque has elegido un destino cultural paliza y te lo has recorrido de cabo a rabo, con todas sus iglesias y museos y sus colas para entrar en cualquier monumento. O quizás te has ido a la montaña y has caminado por los senderos más exigentes sin apenas descanso. O te has ido a cualquiera de las abarrotadas playas españolas con el propósito de relajarte y lo que has hecho cada día es levantarte a las 7 de la mañana para poder clavar la sombrilla en un sitio aceptable.

Todo esto nos deja agotados, pero como las ganas de viajar no se quitan nunca, te proponemos para el final del verano cuatro ciudades españolas baratas, poco masificadas y con puntos turísticos reducidos. Para que te evites las colas, para que no tengas que estar todo el día de un lado para otro viendo cosas con la lengua afuera y, en definitiva, para que -ahora sí- disfrutes de tus merecidas vacaciones.

Logroño

La historia de Logroño está vinculada al Camino de Santiago, del que es una importante etapa que completan los peregrinos cruzando el enorme Ebro por cualquiera de sus dos puentes, el de piedra (siglo XI) o el de hierro (siglo XIX). La calle Ruavieja, la más vieja de la ciudad, indica el camino hacia Santiago y está salpicada de albergues y calados, las bodegas subterráneas del siglo XVI. De su pasado medieval quedan algunos tramos de su muralla, el torreón llamado Cubo de Revellín y la puerta de Carlos V, y en cuanto a arquitectura religiosa destaca la Concatedral de Santa María la Redonda (ss. XV-XVIII), que se abre hacia la plaza del Mercado, una de las más concurridas por los locales, y Santa María de Palacio, la iglesia más antigua de la ciudad. No dejes de pasear por la calle Portales, que sirvió para concluir el polémico rodaje de 'Calle Mayor' (José Antonio Bardem, 1955) y por todo el centro de la ciudad, para descubrir el Museo de La Rioja (sito en el palacio de Espartero del siglo XVIII), la calle Laurel y sus pinchos o el agradable Paseo del Espolón.

Dónde dormir: Sercotel Calle Mayor (Marqués de San Nicolás, 71). Espléndidamente ubicado, entre las calles Portales y Ruavieja y a pocos pasos del puente de hierro, este precioso hotel boutique se ubica en un palacete del siglo XVI del que se pueden apreciar algunos muros y parte de la escalera original. A pesar de tener algunos bares alrededor, está bien insonorizado y se puede descansar. Habitaciones amplias, tele de buen tamaño, minibar, salón con librería para dedicarle un rato a la lectura y desayuno bufé variado son algunos de sus atractivos.

Huelva

Una visita a Huelva ha de empezar por su bonito centro. El corazón es la céntrica (y llena de palmeras) Plaza de las Monjas, con su ambiente y bullicio y, desde ahí, a tres minutos, se encuentra el Ayuntamiento, de estilo neoherreriano. Pásate por el exterior del palacio de Mora Claros, para comprender cómo era la arquitectura burguesa de hace un siglo (1912) y, más o menos coetáneo, acércate al Gran Teatro de Huelva, que en 2023 ha cumplido cien años. El edificio religioso más importante es la Catedral (siglo XVII), pero Huelva rinde homenaje a sus primeros pobladores en los restos que hay en el Parque Moret; o las ruinas de la calle Arquitecto Pérez Carasa de una vivienda de cinco habitaciones (en el Sfera). Tampoco se olvida de su legado británico, pues a finales del siglo XIX llegaron los ingleses a explotar la cuenca minera de Riotinto. De aquella época es el precioso barrio de colores de la Reina Victoria o el sobrecogedor Muelle de la Compañía Río Tinto, uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial de toda España.

Dónde dormir: Aunque en la ciudad existen varios hoteles funcionales y cómodos, una opción ideal para conocer Huelva y su provincia es alojarse en su preciosa serranía, que ofrece dosis perfectas de naturaleza y relax. En Aracena, donde se encuentran la gruta de las Maravillas y un increíble castillo, se encuentra el Hotel Convento Aracena & Spa. Situado en un antiguo convento del S.XVII rehabilitado combina elementos clásicos con una decoración e instalaciones modernas con todo lujo de detalles y confort. Su maravillosa piscina resulta una delicia para los días de verano. Dispone además de un espectacular Spa y un delicioso restaurante Huerto Nun.

Lugo

Esta ciudad de origen romano es la vía natural de comunicación entre la costa gallega y la meseta castellana. Entre las mejores riquezas de Lugo se encuentra su muralla de más de dos kilómetros y que está incluida en la lista de monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad. La Catedral de Santa María, el Palacio Arzobispal, el Ayuntamiento o la Iglesia de San Domingos son junto al museo de los Mosaicos algunas de las referencias culturales ineludibles. A la hora de comer, dirígete a las tapas de las calles de la Cruz, Rúa Nova y aledañas o a cualquiera de los restaurantes lucenses para probar sus carnes rojas, lacón con grelos (carne de cerdo con verdura típica), quesos de tetilla y un amplio surtido de pescados y mariscos frescos. Pero puede que uno de sus mayores atractivos sean los paisajes tan variados como los que podemos disfrutar en la Reserva de la Biosfera Terras do Miño.

Dónde dormir: Si no quieres desplazarte mucho del centro y quieres estar cerca de las mejores calles de tapas, la mejor opción es el EsteOeste by Sercotel (Praza de Santo Domingo, 1), un hotel de 4 estrellas que, a la entrada, 'esconde' ocho metros del decumano romano de la ciudad. Se ubica en un edificio del siglo XIII que cuenta con todas las características de la arquitectura gallega, pero al que se le ha dado un toque moderno a través de la decoración elegante, del uso de la piedra natural y de la entrada de luz. Cuenta con 45 habitaciones.

Zaragoza

Si nos preguntaran qué podemos ver en Zaragoza, la respuesta sería unánime: la basílica del Pilar. Pero hemos de decir que sus más de 2.000 años de historia han dotado a la quinta ciudad española en número de habitantes de un patrimonio cultural muy rico y variado, por no hablar de su exquisita gastronomía. Es una localidad pequeña y fácil de recorrer a pie, desde la obvia basílica hasta otros tesoros religiosos como la Catedral del Salvador, elegante ejemplo del arte mudéjar aragonés. Mi monumento favorito de la ciudad es el impresionante Palacio de la Aljafería, una fortaleza islámica del siglo XI, construida como palacio de recreo de los reyes de la taifa de Saraqusta, aunque también hay interesantes restos de la Caesaraugusta romana en lo que era el 'puerto' a orillas del Ebro. En verano sigue siendo calurosa, así que no dejes de pasear por sus espacios verdes: el parque José Antonio Labordeta y el parque del Agua Luis Buñuel.

Dónde dormir: Lo que más nos gusta del INNSiDE by Meliá Zaragoza (Avenida César Augusto, 13) es que es un hotel moderno, de lujo y precio asequible y que está situado cerca de todo: a 500 metros de la plaza de España y a 10 minutos andando del Pilar y de las zonas gastronómicas y comerciales más conocidas, la zona del Tubo. También nos gusta que la azotea cuenta con piscina y terraza, que suelen programar actividades de música en directo o con su DJ residente y que su restaurante, Lateral, tiene una interesante propuesta de tapas y pinchos.

2024-08-01T10:40:25Z